Son muchos los viajes realizados, las noches sin dormir, los kilómetros recorridos. Todo para llegar a un objetivo: que los pastores sean valorados, que sean famosos.
Diréis pero a este tío que le pasa, pues cuando son tantas las horas que has pasado entre ovejas, has visto el esfuerzo que realiza una familia y luego la gente solo piensa “que mal huelen los pastores”, algo se te mueve dentro.
Y así, cada una de las actividades que realizo es para darle valor a los pastores. Y de ahí, y alguna cosita más, surgió la idea de nuestro taller #LaAntiguaEduca.
Todo esto para deciros que ayer martes, los alumnos de la Escuela de Hostelería Simone Ortega, pudieron disfrutar de este taller.
En qué consiste, realizamos queso en directo, les explicamos el proceso que sigue la leche hasta convertirse en queso, proceso en el cual ellos colaboraron con nosotros.
Al finalizar, pudieron probar el queso que entre todos hemos hecho, con diferentes maridajes, como miel o chocolate.
Muy atentos y colaboradores en todo momento, participaron en el proceso de elaboración, prensando el queso.
#LaAntiguaEduca En Simone Ortega
Además, esta vez disfrutaron del requesón, uno de los profesores nos preguntó cómo se hacía, y qué mejor manera de explicarlo que hacerlo.
Pero esto no fue todo, después uno de nuestros cortadores les enseñó diferentes maneras de cortar un queso, hacer flores, cómo decorar una mesa. Porque son muchas las cosas que se pueden realizar, y #LaMesadeLaAntigua es el ejemplo de ello.
Disfrutaron de los diferentes sabores del queso, en función de su corte.
#LaMesadeLaAntigua en Simone Ortega
No es la primera vez que asisto a esta escuela, de la cual guardo un grato recuerdo por el buen trato recibido, la colaboración de sus alumnos, la atención que nos prestaron, porque es reconfortante ver que se interesan por lo que les estás contando.
Así que os diré, que sí, que esta es una de las actividades que más me gusta hacer. Ver que te escuchan, que se interesan, transmitir lo que yo siento por el queso, es algo que me apasiona.
Porque cuando salgo de una clase, siento que en cada uno de ellos hay un poco de mí.
Y esa sensación me encanta.
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