Parece increíble que estemos aquí de nuevo, recordando todo lo que nos ha traído este 2019, y hablando de Navidad otra vez. ¿Cómo pasan tan rápido los años?
No se si es una sensación que sólo tengo yo, o a vosotros os pasa lo mismo. Comienza el año, y parece tan largo, un montón de planes, de propósitos, en definitiva de cosas para hacer.
Y como quien no quiere la cosa, llega diciembre, no te das cuenta como has llegado hasta ahí, pero la verdad es que ya estás con el árbol de Navidad en el salón de casa, celebrando la cena de empresa, y sacando las maletas para irte al pueblo.
Porque si algo tienen de especial estas fechas es con quien las compartes. Volver al calor del brasero, a tomar las cañas con los amigos, y a pasear por las calles del pueblo.
Comidas y cenas en compañía, porque para quien se pasa más de la mitad del año fuera de casa, viajando; esto es un lujo. Estoy seguro que más de uno y de una me habéis entendido perfectamente al leerlo.
Hacer las maletas esta vez, significa viajar en familia, para celebrar, para estar juntos. Para comer, beber, para cantar y bailar.
Mesas llenas de comida, botellas de vino que se vacían, copas de champagne para brindar porque un año más, tenemos la suerte de hacerlo juntos.
Porque estas fechas son especiales, días en los que echamos de menos un poco más a quienes ya no se pueden sentar con nosotros; otras veces significa poner una silla más porque la familia crece.
Días en los que no paras, y en los que mires a donde mires ves a gente que quieres. Y en ese momento te das cuenta, que eso es lo que realmente importa.
Llegar a casa, y que ellos estén ahí, ese el verdadero significado de la vida.
¡Feliz Navidad para todos!
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