El otro día os hablaba de un plan de marketing, quizás de una forma muy generalizada, hoy quiero ser más concreto, y centrarme en la estrategia.
¿Qué es una Estrategia?
Se define como una serie de acciones muy meditadas, encaminadas hacia un fin determinado.
En definitiva, qué hacemos para llegar a dónde queremos. Entonces debemos enfocar nuestra estrategia, en función de lo que queremos conseguir.
Y qué queremos conseguir, porque no es lo mismo, que nuestra estrategia esté enfocada hacia una marca personal, que a una empresa, una asociación, o que nuestro fin sea dar a conocer un producto.
Una vez que la tengamos enfocada y planteada, nuestro objetivo final será vender.
La manera más sencilla de entender algo, es partiendo de un ejemplo, ya sabéis que dicen para muestra un botón.
Así que, yo me pondré de ejemplo, Quesería La Antigua, lo primero fue ver cómo íbamos a llevarlo a cabo.
Comenzamos por el posicionamiento, para ello creamos una estructura en las redes sociales, en esas plataformas compartímos el contenido que creábamos en el blog acerca de nuestro producto.
Los artículos del blog, el desarrollo del blog es un tema que trataremos en próximos artículos, estaban relacionados con nuestros quesos, su fabricación, el modo de conservarlos, entre otros porque de esta manera la gente nos iba conociendo.
A nivel comercial, necesitábamos visibilidad, así que empezamos a asistir a ferias, al principio visitándolas y más tarde participando en ellas con pequeños stand, y así poco a poco, hasta estar presentes en ferias cómo Salón Gourmets de Madrid o Alimentaria de Barcelona.
Estas ferias, tema que trataremos de forma más detallada en siguientes artículos, aparte de visibilidad, nos reportaban contactos, o lo que es lo mismo clientes potenciales.
Es en este momento en el que comenzaba nuestra tarea comercial en serio, poniéndonos en contacto con los clientes, visitándolos etc.
Como podéis ver en todo este proceso aún no os he dicho que hayamos vendido ningún queso.
Y para qué negároslo hoy en día, cuesta vender, pero aún más fidelizar al cliente. Porque hay que enamorarle, tiene que sentir nuestro producto de la misma manera en que nosotros lo sentimos.
Y lo de enamorar a alguien si que es complicado, pero estaréis conmigo, que una vez que sucede todo es más sencillo.
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