Si tendría que definir al ser humano diría que es un conjunto de emociones. A veces buenas, otras veces malas. Depende del momento o de la persona emociones diferentes ante las mismas situaciones.
Si, lo pienso y el día a día me demuestra que estoy en lo cierto. Y esta manera de pensar podemos aplicarlo a todo en la vida. Por ejemplo a la hora de vender nuestro producto a un cliente.
Tu producto puede ser el mejor del mercado, pero si no sabes transmitirlo, si no eres capaz de conectar con la otra persona, probablemente no seas capaz de vendérselo.
Todos conocemos las técnicas de venta, las de siempre, que son necesarias para realizar una venta. Pero éstas sólo son útiles una vez que hemos trabajado el contacto emocional de nuestro cliente.
A la hora de realizar una venta, es más importante lo que transmites que lo que dices. Porque en realidad el cliente no compra un producto, compra la sensación que le produce, motivo por el cual la clave del proceso comercial se encuentra en las emociones.
Hay una frase que resume perfectamente esta situación “decidimos desde lo emocional, nos justificamos desde lo racional”
Es decir, las emociones lo que algo nos transmite es lo que nos lleva a tomar una decisión, el impulso de comprar algo. La razón es lo que nos hace justificar la compra, pero la realidad es que compramos un producto porque nos hace sentir.
Algo muy importante, de lo que no podemos olvidarnos es que nosotros representamos nuestro producto, el cliente tiene que notar cierta cercanía, empatía con nosotros. Una vez que siente eso, se interesa por nuestro producto o servicio.
Yo que sé lo que es ir puerta por puerta, lo difícil que es la venta, la dureza de “patear la calle” , sé de lo que hablo. Por eso sé que al principio los nervios, el estrés de vender, nos llevan a pasarlo mal, a no disfrutar con el cliente, y que lo único importante sea Vender.
Para cambiar esa actitud, el modo en el que nos enfrentamos al cliente, os diré ciertas cosas a tener en cuenta:
- Céntrate en el servicio al cliente, no pienses en vender. Si te obsesionas en vender, al final provocarás el efecto contrario. Tienes que ser capaz de transmitir que tu producto o servicio es lo que él necesita. Que soluciona su problema o cubre su necesidad.
- No pienses en nada, preocúpate de conectar con tu cliente. Tienes que prestarle toda tu atención, tiene que sentir que solo él te interesa.
- Ten la capacidad de ponerte en su lugar, de sentir cómo él se siente. Céntrate en él y en su historia, y hazle sentir que formas parte de ella. Es en este momento cuando el cliente sentirá que formas parte de ella.
Después de estos pasos, será más fácil llegar a su corazón. En realidad lo que el cliente busca es que le sorprendas, y eso sólo lo vas a lograr creando conexión. Haciéndole sentir especial, no como un número, alguien más a quien vender.
Sí lo sé, yo soy una persona de sentimientos, de contacto, que ve más allá. Pero creo que es imprescindible sentir, y más importante aún, hacerles sentir.
Y vosotros, ¿Sentís?
19 noviembre 2016 - 03:17
I told my grohematndr how you helped. She said, «bake them a cake!»