La intolerancia a la lactosa afecta a un alto porcentaje de la población mundial (75%), hay grupos étnicos que son más propensos a padecerla; como los americanos o asiáticos.
En nuestro país entre el 20% y el 40% de la población es intolerante a la lactosa, ¿qué supone esto?
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir un azúcar llamado lactosa que se encuentra en la leche y los derivados lácteos. Para poder digerirla el cuerpo necesita una enzima llamada lactasa.
Esto se sucede cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de esta enzima.
¿Qué síntomas produce la intolerancia a la lactosa?
Los síntomas aparecen entre los 30 minutos y las dos horas siguientes de haber ingerido (comer o beber) alimentos que contienen lactosa.
Diarrea, náuseas incluso vómitos, cólicos estomacales, hinchazón y gases, son los signos más comunes que se dan.
La causa por la cual se produce cuando el intestino delgado no produce la cantidad suficiente de una enzima (lactasa) que permite digerir el azúcar de la leche (lactosa)
Normalmente, la lactasa convierte el azúcar de la leche en dos azúcares simples: glucosa y galactasa que se absorben a través de la mucosa intestinal.
Si hay una deficiencia de lactasa, la lactosa de los alimentos ingeridos se desplaza al colón en lugar de procesarse y absorberse.
Tipos de intolerancia que existen
Diferenciamos los tipos de intolerancia a la lactosa en base a los factores que producen esta situación.
Intolerancia a la lactosa primaria, este es el tipo más común. Inicialmente la persona produce suficiente lactasa, bebé, niño. En cambio, en la edad adulta la producción de lactasa disminuye drásticamente, lo que impide poder tomar leche o derivados lácteos.
Intolerancia secundaria, esta se produce cuando el intestino delgado disminuye la producción de lactasa después de una enfermedad, lesión a cirugía que afecta al mismo.
Como por ejemplo una infección intestinal, enfermedad celíaca, proliferación bacteriana y la enfermedad de Crohn.
Por último, intolerancia congénita o del desarrollo. Es la menos frecuente, pero en algunos casos se da. Se produce cuando los bebés nacen con intolerancia a la lactosa causada por la falta de lactasa.
Algo, que se transmite de generación en generación, patrón de herencia que se llama “autosómico recesivo”.
Esto significa, que el padre y la madre transmiten la misma variante genética para que el bebé nazca con está intolerancia.
¿Qué diferencia hay con la alergia a la proteína de la leche de vaca?
Se considera alergia, cuando tras la ingesta de proteínas lácteas manifiesta una respuesta anormal con síntomas englobados dentro de las reacciones adversas a alimentos y en ese proceso hay un mecanismo inmunológico comprobado.
Los síntomas se producen al primer contacto con la leche, por ejemplo con la introducción del biberón, puede darse incluso durante la lactancia materna.
Además de producir alergia al tomarla, puede producir síntomas por contacto cutáneo directo o indirecto besos, roces y también síntomas respiratorios por inhalación.
Habitualmente los primeros síntomas son cutáneos, a continuación digestivos o asociación de ambos. Al final problemas respiratorios y anafilaxia.
Síntomas mucho más graves que los que se producen en una persona intolerante.
Para esto últimos en el mercado, cada vez hay mayor variedad de productos aptos para ellos. Desde leche hasta yogures, nata y mantequilla.
Y por supuesto ¡queso!
En Quesería La Antigua, hay una gama de quesos sin lactosa, compuesta por ocho referencias. Diferentes curaciones, especialidades para poder elegir el que más se adapte a tus preferencias queseras.
Si no los has probado ¿a qué estás esperando?
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